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no hay protector solar suficiente
para la irradiación. no hay mente
no hay playa, no hay dientes
para la insolación del bien
sin mirar a quién, sin mientes
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pues la doctrina de la irradiación difunde su buena canción
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ni en la radio ni en la tele, en el corazón
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y a quien intente doblegarla o confundirla
con rarezas humanas cercanas al pesimismo,
la destrucción o el autoflagelo
de humores y polu-predicciones nocturnas
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la racha le confiscará una mueca que podría salvarlo
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empero
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capaz lo deja seguir medio fantasma
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y lo castiga con rayos del bien-a-pesar-suyo
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